Ventanas editoriales
No es ningún secreto que la mayor parte de los lanzamientos de cualquier editorial de cierto prestigio siempre coinciden con determinadas fechas. Concretamente con los meses de marzo a mayo y de septiembre a noviembre. Como todo en esta vida, el hecho tiene su porqué. Es lo que en el ámbito editorial se conoce como «ventanas editoriales» o «ventanas de publicación». Estadísticamente, las épocas en las que más libros se venden suelen coincidir con los periodos preestivales y los periodos navideños. De ahí que la mayor parte de las editoriales escojan esos meses para el lanzamiento de sus novedades. Hasta ahí, todo parece perfectamente legítimo. Y no sólo lo parece sino que lo es. Lanzar un libro en el mes de enero o en pleno verano es prácticamente un suicidio editorial y tanto los editores como los autores que publican regularmente lo saben.
La impudicia surge cuando autores consagrados y de ventas más que aseguradas exigen en sus contratos, bajo amenaza —velada o no— de marcharse a otra editorial, el copar esos periodos para cada lanzamiento de sus nuevas obras. ¿Y por qué esta circunstancia me resulta impúdica? Porque a estas alturas del partido nadie alberga la menor duda que determinados autores —no vamos a poner nombres— venderán la tirada completa de cualquier edición que lancen al mercado aunque lo hiciesen el pleno mes de agosto y en mitad del desierto de Mohave y a pesar de esa circunstancia siguen exigiendo por contrato que se les reserve esas ventanas editoriales. Y esa circunstancia me parece deleznable no por el hecho en sí mismo sino por sus motivaciones. Porque me consta que muchos de ellos no lo hacen por vender más sino para que otros vendan menos no vaya a resultar que, a pesar de su más que asentado prestigio literario, pueda emerger en el momento adecuado —una ventana editorial, por ejemplo— un nuevo valor literario que les acabe haciendo sombra. Y no son habladurías ni insidias de patio de vecinas. Todos —editores y autores— lo negaran pero les aseguro que dicha práctica me consta.
3 Comentarios
Las fechas de marzo a mayo también son por otro motivo,ni mejor ni peor, pero también comercial, las ferias del libro. Donde van, se dejan ver, unos con mejor cara y humor, otro distantes y en su estilo. Pero el fin, el mismo, estar en el escaparate por si alguien nuevo, carne fresca, sin malos humos y con la sonrisa en los labios -quizás también con una escritura fresca que dice algo nuevo- les hace sombra.
No veo mal que un escritor luche por unas mejores condiciones para su obra, para su trabajo, aunque sepa que en Agosto también agotaría una primera tirada. Pero seguro que sabe que en Navidades agota esa primera, y arrastra lectores para la siguiente, (hasta que se publican los de las ferias del libro). Si publicara en Agosto, las novedades de Septiembre se comerían el interés por su novela. Los compradores (los de la segunda tirada) abandonaría su compra para un futuro o para cuando salga en bolsillo, porque les atraen más las novedades de Septiembre, que las de ese libro antiguo, que salió en Agosto ;)
Estimado Prometeo:
No sé cómo, pero buscando información editorial en la red, caí en su blog, hace unos días, y me ha encantado encontrarlo tan bien de salud.
Uno, desde hace hace algo más de un año, dirige la editorial Hipálage (afincada en Osuna, Sevilla). Y en la web (http://www.hipalage.com) tengo un apartado titulado "Consejos al autor" donde he dejado muchos comentarios parecidos a los suyos en el tono y en lo confidenciales que resultan para esos autores noveles que no conocen en absoluto el mundo editorial, y se topan una y otra vez con el resultado de ese desconocimiento.
En general, estoy muy de acuerdo en todo lo que desgrana en su blog, acerca de los autores, las editoriales, las agentes, las distribuidoras, las librerías y demás eslabones de una cadena complicada, pero necesaria para que la cultura siga expandiéndose como un universo.
Lo de las editoriales de autoedición no ayuda mucho al mercado literario (porque no entra en él para nada), pero sí ayuda a algunos autores que sólo quieren publicar y no adentrarse en el mercado. En Hipálage, como no somos de autoedición, tenemos ya libros para 2007, 2008 y 2009, y no hemos tenido ni tendremos nunca dificultad para hallar autores buenos (consolidados o no) que deseen trabajar por y para su obra. Porque esto es un trabajo en equipo, pero el dinero ha de ponerlo el editor, que para eso es el que evalúa la calidad. También por eso creamos los premios, que tan buena acogida han tenido en la primera edición.
Uno también es autor, y le publicaron el año pasado "Las plazas", una novela escrita a cuatro manos, en Ático ediciones (http://www.aticoediciones.com), tras buscar durante más de dos años por más de 50 editoriales.
Y, por lo demás, le auguro mucho éxito y que este blog siga creciendo e iluminando con su sapiencia sencilla y directa.
Un fuerte abrazo.
JMD.
Publicar un comentario
<< Volver a página principal