Sinvergüenzas y otros congéneres (I)
En una de las primeras entradas de este blog comentaba aspectos relativos al sistema de autoedición y en dicho texto aludía de forma somera al impresentable de Santiago Rojas Pulido y su chiringuito Jamais. Carlos Juliá Braun me remite un texto en el cual relata su breve experiencia con este inefable personaje y que, una vez leído, resulta un claro e ilustrativo ejemplo de los modos, maneras y tácticas empleados por estos estafadores —con esto no quiero decir, ni mucho menos, que todos los autoeditores ejerzan de sinvergüenzas sino que hay mucho sinvergüenza convertido en autoeditor—. Porque lo considero de interés general y con el permiso del señor Juliá Braun, transcribo integra y literalmente el texto remitido.
NOTA: las direcciones de correo han sido editadas por los gestores de este blog para evitar la intrusión de SPAM-robots.
NOTA: las direcciones de correo han sido editadas por los gestores de este blog para evitar la intrusión de SPAM-robots.
***
Estimado Prometeo:
A principios del año 2003, un amigo mío recibió de cierto infame escritorzuelo tarraconense una invitación para participar en un portal pseudoliterario brasileño, Palavreiros. La cutrez del portal y de los textos que presentaba le hizo desistir enseguida, pero me pasó a mí, por si acaso, la dirección; y, para su sorpresa, opté por mandar alguno de los poemas que ya había publicado, junto con una nota biográfica. Los brasileros me lo publicaron todo (igual que hicieron con lo que mandó el escritorzuelo primeramente aludido, lo cual dice muy poco de la selectividad de su criterio) en una página propia:
NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA
Carlos Juliá Braun nació en 1966 en Zamora (España) como el rey san Fernando: estando de paso su madre por esa provincia en el momento en que le sobrevino el parto. De padre catalán y madre namibia (de origen prusiano, ovambo, bóer y nama a partes iguales), se crió en el Masnou (Barcelona); quizá cultiva la poesía satírica por sacudirse el estrés que le causa tanto cosmopolitismo. Actualmente reside en la isla de Rodas, donde trabaja como calafate (la profesión de su padre) y mantiene una pequeña galería de arte.
Un poema suyo fue seleccionado en la antología comentada de literatura satírica universal firmada por Eduardo Moga, Los versos satíricos (Barcelona, Ediciones Robinbook, 2001). Es autor de La leyenda blanca (Puerto del Rosario, Calco, 2002), al que pertenece el soneto adjunto. Actualmente prepara un nuevo poemario: Descenso a los infiernos.
carlosjuliabraun@xxxxxx.es
Pues bien, a finales de marzo del mismo año, ciertos sinvergüenzas sevillanos que se hacían y no sé si se siguen haciendo pasar por editores (Ediciones Jamais) contactaron conmigo por medio de la dirección electrónica publicada en Palavreiros. Hice mis averiguaciones y de todo ello surgió una interesante correspondencia que ahora comparto con usted, porque tiene que ver con alguno de los posts de la bitácora Miserias Literarias; una correspondencia que debería quedar registrada, creo yo, en los anales de la necedad humana. No se pierda las aclaraciones del espabilado amigo Asensio, que transcribo en su ortografía y redacción originales, ni el careto agitanado del director de Jamais, Santiago Rojas; y disfrute como yo mismo hice –y perdone la petulancia que me es tan propia– de mis feroces réplicas. Juro por mi maltrecho honor que, por inverosímil que sea, toda esta correspondencia tuvo lugar, y autorizo su reproducción y difusión por cualquier medio honrado. En caso de que lo haga, y si es usted menos despiadado que yo, tal vez prefiera maquillar los nombres reales de mis corresponsales en Jamais. Yo, francamente, no lo haría.
De:“Departamento_Técnico._Editorial_Jamais”
Para: carlosjuliabraun@xxxxx.es
Asunto: Editorial_Jamais,_Departamento_Técnico.
Fecha: Tue, 25 Mar 2003 18:19:15 +0100
Estimado Calos Julian Braun:
Sólo dos líneas para informarle que nuestro Departamento Técnico, después de tener noticias de su trabajo en la página palavreiro.hpg.ig.com.br, está interesado en recibir obra de su autoría al objeto de someterla a nuestra consideración.
Debemos comentarle que en este momento nos encontramos preparando las colecciones profesionales (y editadas en papel rigurosamente). Son colecciones de libros de relatos, poesía, ensayo, novela, etc. Y tenemos ya una dilatada experiencia en la edición de literatura. Por lo que no dude en enviarnos una muestra de sus creaciones, que no tenga comprometidas con otra editorial, a la dirección zzzz@xxxxxx.yy.
Por si le sirve de ayuda le facilito nuestro ISBN: 95426. Estamos radicados en España (Sevilla), desde donde editamos y distribuimos con carácter nacional (e internacional).
En cuanto nos llegara su obra, pasará por este Departamento Técnico y si tuviera la calidad exigida le propondríamos la inclusión en alguna de las citadas colecciones.
De tal forma, no dude en enviarnos un teléfono y horario en el que poder localizarle en el caso de que tengamos que tomar contacto con usted de una forma más directa y personal.
Asimiso, si usara seudónimo, podría igualmente comentarlo.
Sin más por el momento, y esperando una pronta respuesta, reciba un saludo desde Jamais.
Atentamente:
Gonzalo García
Departamento Ténico. Editorial Jamais.
Fecha: Mon, 31 Mar 2003 04:28:34 +0200 (CEST)
De: “Carlos Juliá Braun”
Asunto: Re: Editorial_Jamais,_Departamento_Técnico.
Para: “Departamento_Técnico._Editorial_Jamais”
Estimado Gonzalo:
Pese a vivir tan lejos de Sevilla (le recomiendo vivamente una visita a esta isla de Rodas, la historia se respira en sus calles), no se me escapa que la Editorial Jamais ha proyectado en su breve existencia una pronunciada sombra de sospechas.
Uno, que juega a la sátira sin aspirar ni mucho menos al Parnaso, conoce perfectamente el carácter amateur de quienes participan -participamos- en portales “literarios” como el de Palavreiros; iniciativa ésta honrada y digna, sin duda, próxima al confesionario unas veces y al diván del psicoanálisis otras, pero desde luego siempre alejada de lo que la auténtica literatura precisa: profesionalidad (porque hablamos, sí, de una profesión) e interés por la palabra y no por uno mismo. Entre los adolescentes ripiosos y los poetastros de pueblo, junto a los vates frustrados y los poetas indigentes, encuentra su lugar mi sátira pedestre y rufiana, propia del calafate que soy, sin más estudios que los recibidos en los diversos puertos que el azar me ha mandado visitar.
Por eso me extraña que una editorial que se dice seria se dirija a mí por el mero hecho de haber encontrado mi pobre soneto en semejante contexto. También me sorprende que la misma empresa aduzca de antemano (excusatio non petita...) su ISBN (como si desconociéramos cuán fácil es hacerse asignar uno) y su “dilatada experiencia en la edición de literatura”; como si no supiéramos bien que en el mundo real somos nosotros, los autores, quienes suplicamos a las editoriales un hueco, jurando que poseemos experiencia y prestigio, autoeditándonos muchas veces (los que transitamos ese sendero) y haciendo méritos -llegando a lavarle el coche a la mujer del editor o a practicar el sexo oral con el conserje de la editorial- a fin de que el lector de turno llegue a echarle un vistazo al título de nuestra obra. ¡Cuánta generosidad la de Ediciones Jamais, y qué originalidad la suya!
Si no existiese Internet seguramente no tendríamos noticia de la multitud de quejas de aspirantes a escritores que, atacados en su buena fe y posiblemente en su tierna inocencia, afirman haber sido estafados por Jamais o por otras pseudoeditoriales que, en los mejores casos, no son sino gestoras de autoedición; y, en los peores, profesionales del timo. ¿Cuánto dinero pensaban pedirme tras pasar por su Departamento Técnico? Les diré que, aunque no juzgue deshonesta la autoedición, me tocan las pelotas los timadores.
Una oferta como la suya hay que agradecerla y estimarla en lo que vale. Por ello le digo: no, gracias.
Saludos cordiales,
Carlos Juliá Braun.
P.D.: Amigo Gonzalo: para dirigir una editorial, comete usted demasiados errores gramaticales y su redacción es pobre. Si está interesado, en el futuro le puedo corregir sus cartas por un módico precio. También soy corrector.
De: “Departamento_Técnico._Editorial_Jamais”
Para: carlosjuliabraun@xxxxx.es
Asunto: Editorial_Jamais._Departamento_Técnico.
Fecha: Mon, 31 Mar 2003 09:26:19 +0200
Muy señor mío:
En primer lugar, sepa que el director de esta Editorial no es Gonzalo García Amores, no. Es Santiago Rojas. El compañero Gonzalo (18 años) se encarga de contactar con los autores. Nada más. Lamentablemente, hoy día, si nos guiáramos por temas de errores ortográficos y/o gramaticales, no sé dónde llegaríamos. Aunque, efectivamente, una Editorial tiene que cuidar estos detalles.
Seguido le indico el email que solemos enviar a los autores con emails como el suyo.
Sólo dos líneas para responderle a sus dudas.
1. Sepa que Editorial Jamais es, por el momento, una editorial de coedición. Hay aún pocos autores que no tengan que aportar cantidad alguna para publicar con nosotros.
2. Somos una pequeña, modesta editorial en la que trabajamos cinco personas. Y, como usted sabe, en este mundo de las letras el camino no es fácil.
3. Todos los proyectos que firmamos salen al mercado. Lo cierto es que tardamos en publicar. En algunos contratos nos vemos en la tesitura de agotar los plazos. Sí, es cierto. Pero publicamos todo lo firmado.
4. No podemos salir al paso de cada comentario en internet. Nuestra obligación es publicar las obras y nada más. Ésa es nuestra respuesta. En algunos foros llegan a decir que ni siquiera existimos.
5. En la dirección de correo www.mec.es (es el ministerio de educación y ciencia de España) puede encontrar nuestros antecedentes literarios. Las últimas novedades aún no aparecen. Es un trámite que lleva tiempo.
6. El problema de nuestra editorial es, sencillamente, que es de coedición. Eso, de por sí, conlleva aspectos negativos, desconfianza...
Adjunto le envío una de las últimas apariciones de nuestro director en prensa, motivada por lo que aparece en la Red [en la página siguiente].
Sin más por el momento, esperando haberle resuelto sus dudas, reciba un saludo desde Jamais.
Manuel A. Asensio,
maquetador.
2 Comentarios
Hola. Soy un escritor joven. O más bien era. Verán. Yo era periodista (intruso) en varios medios de prensa escrita (líderes). 4 años llevaba trabajando con ellos. Al cabo, escribí un libro. Gané un premio. Salieron buenas reseñas en todos los medios (nacionales: 5). Pero alguien leyó bien un párrafo, en el que dejaba un escritorzuelo con buenas influencias (más de lo que yo creía) en el lugar que se merecía. Perdí mis trabajos en los medios (que me daban de comer), y mi editor (que se corría de gusto con el descubrimiento que había hecho -en serio, para haberlo grabado-) dejó de coger el teléfono. En fin, que ahora tengo un nuevo libro -mejor- y no hay manera de que lo reciban. ¿Qué hago? ¿Me voy a probar fortuna a Nueva Orleans? ¿Cómo desenmascarar la censura de esta porsmodernidad tan puta, tan rastrera, tan llena de sicarios? Perdonen mi lenguaje. Pero he hecho un esfuerzo, lo juro.
Estimado Anónimo:
Difícil tesitura, pardiez. Los detalles por usted aportados no me permiten conocer el alcance ni el destinatario de la supuesta afrenta pero dependiendo de quién y de cómo, me temo que con la iglesia hemos topado, amigo Sancho. No hay nadie intocable y hay cuestiones con las que hay que jugar con mucho cuidado. Sin más datos -y aunque los tuviera, quizá tampoco- me es imposible sugerirle una vía resolutiva para su problema. Quizá la única opción sea volver a empezar de cero. Abandonar lo ya logrado y empezar desde abajo en editoriales pequeñas que no alberguen miedo a los tentáculos que usted alude, que algunas hay. Lamento de veras no poder serle de más ayuda pero con los datos aportados, poco más se puede hacer.
A mi me han acusado de albergar cierta vileza por hacer en este blog bajo el pseudónimo de Prometeo lo mismo que usted relata. Éste es un palpable ejemplo de algunos de los motivos que me llevaron a ello. Que haberlos, haylos. Y más peligrosos de lo que parece.
Saludos,
Prometeo
Publicar un comentario
<< Volver a página principal