Carnaza literaria
Como he comentado en diversas ocasiones y aún a pesar de cierta creencia popular, los integrantes del mundillo literario no están exentos de su parte alícuota de miserias e iniquidades, literarias algunas, extraliterarias otras muchas. La siguiente entrada pretende ser una especie de relajado y frívolo anecdotario que permita dejar constancia de tal acontecimiento. Sin ánimo de crear controversia y aunque probablemente muchos de ustedes lo consideren un acto banal y carente de utilidad, pienso que la publicación de estas cuestiones no deja de tener cierto interés —aunque sólo sea a título anecdótico— para todos aquellos que desean aproximarse, bien como lectores, bien como diletantes, bien como curiosos, a este chocante y estrambótico ámbito. Aunque ello suponga teñir el blog de cierto tono de Salsa Rosa. Disfrútenlo.
- Hace unos pocos meses, una reputada librería de viejo madrileña tuvo que retirar de su catálogo un lote de libros que ofertaba a bombo y platillo incidiendo en el valor añadido que suponía el que dichos ejemplares estuviesen dedicados a F. S., un conocido escritor y filósofo. Al parecer, al afamado F. S. no se le ocurrió otra cosa que revender los libros que había recibido dedicados por otros autores como obsequio y que le eran enviados como deferencia a quien consideraban su maestro y mentor. Cuando el asunto salió a la luz provocó el enojo —perfectamente comprensible— de muchos de estos autores.
- F. J. L., conocido periodista y escritor, persona de ideas extremadamente conservadoras, se erigió en 1994 en ganador de un reputado premio literario con un ensayo dedicado a un político español republicano. Dicho ensayo plagiaba descaradamente múltiples fragmentos del texto de otro autor —de nombre R. C.— que habían sido publicados trece años antes. El asunto siempre fue vox populi en los mentideros literarios.
- Un hermano —inspector de policía por más señas— de un muy reputado escritor español resultó ser uno de los principales imputados —aunque posteriormente fue absuelto— en el caso de tristemente celebre único desaparecido de la democracia española Santigo Corella (a) “El Nani”. Según ciertas fuentes, dicho hermano ha ejercido ocasionalmente de negro literario del célebre escritor, colaborando en la redacción de extensos fragmentos de su dilatada obra..
- L. E., afamada escritora, decidió hace un tiempo apuntarse al carro de las nuevas tecnologías y crear un blog donde mantener contacto directo con sus lectores y exponer sus vivencias y reflexiones diarias. El problema surgió cuando incorporó al mismo una entrada fusilada palabra por palabra de otro blog de un autor desconocido y lo hizo sin citar la fuente, dando a entender que era a ella a quien correspondía la autoría de dicho texto. Una vez descubierto el pastel, adujo excusas que dejarían en pañales al famoso error informático de Ana Rosa Quintana. Lo curioso del caso es que esta autora ya ha sido acusada en dos ocasiones de cometer plagio en sus textos publicados.
- Hace unos pocos meses, una reputada librería de viejo madrileña tuvo que retirar de su catálogo un lote de libros que ofertaba a bombo y platillo incidiendo en el valor añadido que suponía el que dichos ejemplares estuviesen dedicados a F. S., un conocido escritor y filósofo. Al parecer, al afamado F. S. no se le ocurrió otra cosa que revender los libros que había recibido dedicados por otros autores como obsequio y que le eran enviados como deferencia a quien consideraban su maestro y mentor. Cuando el asunto salió a la luz provocó el enojo —perfectamente comprensible— de muchos de estos autores.
- F. J. L., conocido periodista y escritor, persona de ideas extremadamente conservadoras, se erigió en 1994 en ganador de un reputado premio literario con un ensayo dedicado a un político español republicano. Dicho ensayo plagiaba descaradamente múltiples fragmentos del texto de otro autor —de nombre R. C.— que habían sido publicados trece años antes. El asunto siempre fue vox populi en los mentideros literarios.
- Un hermano —inspector de policía por más señas— de un muy reputado escritor español resultó ser uno de los principales imputados —aunque posteriormente fue absuelto— en el caso de tristemente celebre único desaparecido de la democracia española Santigo Corella (a) “El Nani”. Según ciertas fuentes, dicho hermano ha ejercido ocasionalmente de negro literario del célebre escritor, colaborando en la redacción de extensos fragmentos de su dilatada obra..
- L. E., afamada escritora, decidió hace un tiempo apuntarse al carro de las nuevas tecnologías y crear un blog donde mantener contacto directo con sus lectores y exponer sus vivencias y reflexiones diarias. El problema surgió cuando incorporó al mismo una entrada fusilada palabra por palabra de otro blog de un autor desconocido y lo hizo sin citar la fuente, dando a entender que era a ella a quien correspondía la autoría de dicho texto. Una vez descubierto el pastel, adujo excusas que dejarían en pañales al famoso error informático de Ana Rosa Quintana. Lo curioso del caso es que esta autora ya ha sido acusada en dos ocasiones de cometer plagio en sus textos publicados.
- Hace años, B. A., renombrada poetisa, se trasladó a Madrid desde su tierra natal con el fin hacerse un hueco en el ámbito literario. Una vez en la capital entró en contacto con el reputado escritor P. U. que la terminó convirtiendo en su amante y protegida. P. U. llegó a redactar un curioso y egocéntrico prólogo —en el que hablaba y ensalzaba más su propia figura que el texto a prologar— del primer poemario publicado por B. A. con el ánimo de proporcionarle, desde su posición de asentado literato, el apropiado espaldarazo público. Con el tiempo, el asunto acabó como el rosario de la aurora. B. A. terminó abandonando a P. U. para unirse sentimentalmente al acreditado escritor J. B. Por su parte, P. U. nunca olvidó la afrenta recibida por la supuesta traición y trató de hacer el mayor daño posible a B. A. hasta el punto de, entre otras medidas —algunas de ellas bastante infames—, ordenar la retirada de su prólogo de las sucesivas ediciones de dicho poemario. Hoy en día, esa primera edición se cotiza bastante bien entre bibliófilos y coleccionistas de curiosidades literarias.